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No rasques la parte negra de las tostadas: estos son los riesgos de comer alimentos quemados. Adobe Stock
No rasques la parte negra de las tostadas: estos son los riesgos de comer alimentos quemados

No rasques la parte negra de las tostadas: estos son los riesgos de comer alimentos quemados

La recomendación también se extiende a los bizcochos y las pizzas

María Ramírez

Lunes, 12 de mayo 2025, 07:40

¿Cuántas veces has rascado la parte quemada de una tostada para no tirar el pan? Lo cierto es que quitar la parte de arriba de la rebanada cuando se ha dejado más tiempo del debido parece ser la solución al problema. Misma situación con alimentos como los bizcochos o las pizzas cuando el horno los ha dorado de más. Seguramente más de uno opta por ingerir igualmente esas partes más oscuras, ya sea por no desperdiciar la comida o, en muchos casos, porque incluso les gusta ese sabor ligeramente amargo.

La Agencia de Seguridad Alimentaria Europea ha advertido del peligro que entraña cualquiera de estas dos opciones. El motivo es que ponen en riesgo la salud por una sustancia que se libera cuando se cocinan ciertos alimentos a temperaturas muy elevadas: la acrilamida. Este componente químico se crea de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón y que se preparan en fritura, en tostado, en asado y también durante procesos industriales a 120ºC y a baja humedad.

¿Es cancerígeno?

La Aesan señala que tras el consumo, el tracto gastrointestinal absorbe esta sustancia, la distribuye a todos los órganos y se metaboliza. Como resultado, se produce glicidamida, que es una de las causas más probables de las mutaciones génicas y tumores observados en animales de laboratorio. Algunos de los efectos que se han observado en estas especies influyen en el sistema nervioso, en el desarrollo pre y postnatal y en la reproducción masculina.

Los resultados que se han conseguido en estudios realizados a humanos proporcionan pruebas limitadas en relación al aumento del riesgo de desarrollo de cáncer. No obstante, los estudios sobre la exposición de los trabajadores a la acrilamida en el lugar de trabajo muestran un riesgo aumentado de padecer irregularidades en el sistema nervioso. Por este motivo, aunque sean necesarias más investigaciones para confirmar los efectos secundarios concretos, se recomienda extremar la precaución y reducir al máximo posible la exposición a esta sustancia.

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