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El servicio regional de Patrimonio Histórico, dependiente de la Consejería de Cultura, pedirá explicaciones al propietario de Villar Mar, en primera línea de la playa ... del Rihuete (Puerto de Mazarrón), sobre el estado de los trabajos de restauración de la centenaria mansión. Materiales de construcción se acumulan en el jardín de la entrada y el inmueble presenta una imagen cada vez más destartalada, pese a que está protegido como bien inventariado.
Casi dos años después del inicio oficial de su rehabilitación, no se ven resultados. Es más, los vecinos creen que Villa Mar presenta ahora una peor cara. Ante esta situación, la Dirección General de Patrimonio Cultural ha decidido tomar cartas en el asunto y dirigirse al dueño para que aclare en qué situación se encuentra el proyecto, según las fuentes consultadas por este periódico. «El pasado invierno trabajaron muy poco, y siempre de una forma hermética», cuenta un residente que suele pasear a diario por la zona.
Manuel Clavel, el arquitecto director de las obras de Villa Mar, alega que la demora en los trabajos responde a que «estos proyectos que afectan a inmuebles con algún tipo de protección llevan aparejada una tramitación lentísima». Explica que han recibido «observaciones» de diferentes organismos, «que lo han retrasado todo, aunque ya está solucionado y vamos a retomar los trabajos lo antes posible». Al encontrarse situada en zona de dominio público marítimo-terrestre, la residencia está sujeta a una concesión de la Demarcación de Costas del Estado. Además, se trata de una construcción catalogada como bien inventariado, lo que requiere de la supervisión de los técnicos de Cultura.
Desde este departamento regional señalan, no obstante, que la única objeción que pusieron se refería a que los aparatos de climatización no podían situarse en la cubierta para «evitar la alteración del edificio». Eso fue en junio del año pasado. Clavel insiste en que la rehabilitación se retomará en breve: «Necesitamos empresas capaces, con buena dedicación y calidad para unos trabajos especiales como estos».
Símbolo de los felices años 20 y de los primeros veraneantes burgueses que llegaron a este punto de la costa, Villa Mar incluye dos edificios. A la sombra de unos eucaliptos centenarios, el principal, con una portada de aires neoclásicos, acoge las estancias residenciales, mientras que en la parte de atrás se localiza otro inmueble, de líneas más sencillas, que da cabida a las dependencias del personal de servicio y a la casa de los guardeses. La construcción cambió de manos a principios de 2021. El coste de la operación nunca llegó a trascender.
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