Real Murcia
Etxeberria, un delantero de récord que juega al ataque como entrenadorProtagonista con 17 años de un traspaso de 500 millones de pesetas de la Real Sociedad al Athletic, fue leyenda en San Mamés y es favorito al banquillo del Real Murcia
El Real Murcia quiere cerrar su banquillo para la próxima temporada. Y entre los candidatos está un ilustre del fútbol español. Un Joseba Etxeberria (Elgoibar, ... 47 años) que hizo historia al pasar de la Real Sociedad al Athletic Club y que, posteriormente, se convirtió en una leyenda del club bilbaíno. Pero su paso por el fútbol no iba a parar ahí. Tomó el camino de los banquillos. Al estadio Enrique Roca podría llegar un técnico con una idea ofensiva, cómodo con plantillas jóvenes y con equipos que han sabido ser competitivos.
En un fútbol donde los talentos cada vez son más precoces, Etxeberria ya fue noticia como futbolista en 1995. Con solo 17 años, poco después de haber debutado con el primer equipo de la Real Sociedad y siendo Bota de Oro del Mundial sub-20 de Qatar, se convirtió en el traspaso más caro que realizaba un equipo de la Liga por un jugador español. El Athletic pagó unos 500 millones de pesetas.
A partir de ahí, el delantero completó toda su carrera como rojiblanco. Acumuló 514 partidos e hizo 104 goles durante 15 temporadas en San Mamés en las que fue internacional. En el recuerdo queda, por ejemplo, la temporada 1997-98, cuando hizo el tanto con el que el Athletic ganó al Zaragoza en la última jornada (1-0) y se clasificó para la Liga de Campeones. Cerró su trayectoria en la 2009-10, tras haber renovado por un año en el que jugó gratis. Poco después, empezó a escribir una nueva historia en las áreas técnicas. Tocaba descubrir al Etxeberria entrenador.
Propuesta alegre
Después de llegar al Tenerife en la temporada 2017-18 procedente del Amorebieta y ganarse su continuidad, fue destituido al comienzo de la 2018-19. Tras esa primera toma de contacto, estuvo dos temporadas con el Bilbao Athletic, en Segunda B, y disputó en ambas el 'playoff' de ascenso a Segunda. En la 2020-21 cayó en la final ante el Burgos. De ahí regresó a Segunda de la mano del Mirandés, logrando dos permanencias consecutivas en las campañas 2021-22 y 2022-23. Su gran reto llegó en la 2023-24 con el Eibar. La experiencia casi fue perfecta: se quedó a un punto de los puestos de ascenso directo a Primera. Luego cayó en el 'playoff'. En esta campaña, las cosas no salieron igual de bien y con el descenso muy cerca fue destituido a mitad de Liga.
Disputó dos 'playoff' con el Bilbao Athletic, logró dos permanencias en Segunda con el Mirandés y rozó la Primera con el Eibar
Durante esos años su mensaje fue el de un fútbol de ataque. «Nuestra idea es muy clara. Los jugadores dinámicos y con energía facilitan un juego alegre con una mentalidad muy ofensiva. Queremos ser un equipo con un juego muy rápido», declaró en su presentación en el Mirandés. En su segundo curso en Anduva, fue el quinto máximo goleador de Segunda (48). Una temporada más tarde, en el Eibar, en donde buscó esa intensidad y el ritmo alto, fue el más realizador (72). También lo fue el filial rojiblanco, con 55 tantos en 28 partidos en la 2019-20, la temporada suspendida por la pandemia. Un año después otra vez destacó en la faceta realizadora en Segunda B.
Talento joven
Una idea de fútbol que casa con la gente joven, con talento y piernas. Etxeberria está acostumbrado a gestionar la juventud. No solo por su trabajo en Lezama a cargo del segundo equipo del Athletic, con el que coincidió con Nico Williams, Aitor Paredes, Unai Vencedor, Oihan Sancet, Gorka Guruzeta, Dani Vivian o Julen Agirrezabala, sino también por su labor en el mismo Mirandés, un sitio ideal para promesas por desarrollar. Así, en esos años pudo dirigir a jugadores como el exmurcianista Víctor Meseguer u otros como Sergio Camello, Rodrigo Riquelme, Beñat Prados, Raúl García de Haro, Jofre o Nico Serrano, que ya han competido en Primera División.
Como local, fue el cuarto mejor de su grupo en la temporada 2019-20 y mantuvo buenos registros un año después. En su primer año en el Mirandés, disputó siete partidos en Anduva y ganó seis. En su segundo año sumó nueve victorias, siete empates y cinco derrotas. Ya en Ipurua, fue el segundo mejor local de la categoría la campaña pasada. Llegaría a un Murcia que le cuesta hacer de su campo un fortín. Aunque el contexto del Enrique Roca no será el mismo.
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El complicado año de Fran Fernández, técnico de un Murcia que volvió a un 'playoff' pero que no enamoró
La experiencia ha sido extraña esta temporada para Fran Fernández. Bajo su mando, el Real Murcia regresó varios años después a un 'playoff' de ascenso a Segunda. Sin embargo, con contrato, su futuro está fuera. Las sensaciones nunca fueron plenas. Incluso en el partido en el que el equipo se jugaba certificar el segundo puesto liguero en la última jornada se llegaron a escuchar pitos. «Yo no recibo ningún elogio. Ni uno», lamentó el propio entrenador poco antes de terminar la Liga.
El Real Murcia siempre estuvo en posiciones de 'playoff', siendo primero, segundo, el puesto más repetido, o tercero. Fue un equipo implicado y en general estable, con capacidad de reacción. Como cuando ganó al Alcorcón después de tres tropiezos en septiembre o cuando superó al Hércules tras la derrota en Antequera. O las seis jornadas en casa sin perder tras tres derrotas consecutivas. Nadie ganó más partidos (18) en su grupo y fue el mejor visitante (34 puntos) y la mejor defensa (31 goles encajados) de la categoría en Liga. Acabó subcampeón, solo superado por una AD Ceuta que estuvo 24 jornadas seguidas sin perder, algo inédito en Primera Federación.
Problemas ofensivos
Sin embargo, también hubo déficits sin corregir. El equipo mejoró como local en la segunda vuelta, pero no se mostró muy fuerte durante el año, acumulando una racha de tres derrotas seguidas. La temporada en casa terminó como empezó, perdiendo. Impotente ante un resultado adverso como local, ser vieron los problemas para ser más dominante con el balón o tener más soluciones ofensivas. Las reiteradas bajas en la medular no ayudaron a eso en una zona tan sensible. Tampoco el balón parado dio frutos para aprovechar córners o faltas. Y falló en duelos directos. Fue un Murcia que luchó por subir, pero al que le faltó un extra para enamorar.
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