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Alejandra Villegas junto a su hijo Samuel, las víctimas del crimen machista de Algemesí. LP

La mujer asesinada junto a su hijo de 2 años: «Tengo que separarme de él porque me va a matar»

Alejandra le confesó a unas amigas el día anterior que le había dado un mes a Leo para que se marchara de casa

Ignacio Cabanes

Valencia

Viernes, 27 de junio 2025, 09:28

La mente machista, posesiva y violenta de Leonardo David A. R., en prisión provisional por el doble asesinato de Algemesí, no podía permitir que su pareja y madre del hijo de ambos, el pequeño Samuel, a punto de cumplir tres años, hubiera tomado la decisión de poner fin a una «relación tóxica» de años de maltrato. Alejandra Villegas les confesó a unas amigas el día anterior a ser asesinada, mientras trataba de desconectar en una piscina comunitaria junto a su hijo y su madre, que iba a dejar a Leo, como así llamaba al que horas después se convertiría en su verdugo. Le dio un mes para que se marchara de casa. Pero su maltratador no esperó ni un día, esa misma noche discutió de nuevo con ella y la atacó con un cuchillo por la espalda en el dormitorio en el que también se encontraba durmiendo el menor.

La abuela materna del pequeño, que dormía en la habitación contigua con el teléfono móvil bajo la almohada por si ocurría algo, escuchó parte de la breve discusión, y bajó a la calle a pedir ayuda. La mujer, de 67 años y con principios de alzheimer, no encontró a nadie en ese momento y no sabe realmente el tiempo que transcurrió hasta que un vecino le ayudó a marcar el teléfono de emergencias 112. Lo que sí ha manifestado ante el grupo de Homicidios de la Policía Nacional que lleva la investigación del doble crimen es que llegó a subir de nuevo a la casa pero encontró la puerta cerrada.

«Pensó que era una discusión más, pero cuando subió y no le abrían se asustó, ni se dio cuenta que ella tenía llaves», explica su hijo. No era la primera vez que su madre los escuchaba discutir y como otras veces se bajaba a la calle, tratando de llevarse al niño para que no escuchara este tipo de discusiones. Ese día no pudo cogerlo. «En un primer momento nos dijo que intentó llevárselo y que Leo no le dejó, pero la verdad es que no lo recuerda bien», argumenta el hermano de la fallecida.

Pese a que la declaración de esta testigo, dada su salud mental, no pueda ser lo suficientemente contundente, de lo que no albergan duda los investigadores es que se trató de un doble asesinato en el que ni madre ni hijo tuvieron posibilidad alguna de defensa. Primero Leonardo David A. asestó más de una decena de cuchilladas a su pareja por la espalda, concentradas en el cuello y clavícula derecha. Después acabó con la vida de su propio hijo estrangulándolo con un cable, según las marcas que presentaba el menor en el cuello. La policía científica halló el cargador de un teléfono en el escenario del crimen y una de las posibilidades que se manejan es que utilizara dicho cable -que no estaba- como arma homicida.

Después, como ya informó ayer este periódico, el presunto asesino se duchó y se cambió de ropa, antes de que llegaran los primeros agentes de la Policía Local de Algemesí y de la Policía Nacional al domicilio situado en la calle Parque Salvador Castell. «He hecho una barbaridad», les confesó justo antes de ser detenido por el doble asesinato.

No quería denunciarlo

Alejandra vivía con miedo pero no quería denunciar a su maltratador porque, como le ocurre a otras muchas víctimas de violencia machista, no quería perjudicar al padre de su hijo pequeño. «Decía que no le quería dañar la vida, pero que ya no podía estar con él», explica su cuñada, a quien le trataba de minimizar y ocultar el maltrato porque ya le había insistido en que denunciara.

El pasado viernes, el último día que habló con ella se lo volvió a decir, y le recalcó que si era por una cuestión económica todos le ayudarían y saldría adelante. Incluso les llegó a confesar una premonitoria frase que ahora retumba en sus cabezas: «Tengo que separarme de él, porque este me va a matar». En ese momento pensaron «que era una forma de hablar, pero creo que mi hermana sí sabía el tipo de hombre con el que estaba».

Lo que nunca pudieron imaginarse es que hiciera daño al pequeño Samuel. Alejandra tampoco lo sospechó, si no hubiera puesto tierra de por medio. «Él nunca va a tocar al niño», le dijo Alejandra a su madrina. Al tiempo que de nuevo ponía como argumento para no denunciar a su maltratador el hecho que una posible denuncia afectara negativamente a su estado migratorio.

Tampoco sospechaba nada del peligro que corrían Samuel y Alejandra, su otra hija, fruto de una relación anterior, una joven de 21 años, quien hoy regresa de Colombia para estar presente en el funeral de su madre y de su hermano.

Sacó un cuchillo en un bar

Alejandra Villegas, de origen venezolano, llegó a España en diciembre de 2021 estando embarazada de dos meses en busca de un futuro mejor para su hijo. Su hermano y su cuñada la acogieron en su casa, y un año después, cuando logró también que viniera al país Leonardo, la pareja estuvo cerca de un mes con ellos. Ya en Colombia tuvieron problemas, «pero pensó que él había cambiado», publica 'Las Provincias'.

Nada más lejos de la realidad. El control machista y el sentimiento posesivo de Leonardo siguió muy presente. El último episodio violento anterior a la noche del doble asesinato se produjo unos 20 días antes en un bar de Algemesí. El presunto asesino le dio «una cachetada» a su pareja delante de varias personas, quienes le recriminaron su acción y Leonardo sacó un cuchillo, según han sabido posteriormente los familiares de Alejandra -ya que ella lo intentó tapar-. «Según nos dijo le agredieron con sillas y fue él quien no quiso denunciar, pero había algo raro», explican. Esa noche Alejandra se quedó a dormir en casa de una prima. El miedo a su futuro asesino estaba ya muy presente.

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