España acelera el repunte del gasto militar al 2,1% del PIB con el plan que prevé 96.000 empleos
El Gobierno plantea una inversión este año de 10.471 millones más para mejorar las condiciones de las Fuerzas Armadas y desarrollar tecnologías
Sin llegar todavía al campo de batalla, España y la OTAN han entrado en una guerra de cifras que puede dejar alguna víctima colateral (el ... comercio con Estados Unidos). Los técnicos de las Fuerzas Armadas han estimado que el país «va a necesitar el 2,1% de su PIB para adquirir y para mantener todo el personal, todo el equipamiento, todas las infraestructuras solicitadas por la OTAN para hacer frente con nuestras capacidades a esas amenazas», insistía Pedro Sánchez hace una semana, en pleno intercambio de cartas con el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, en el que incidía en que España puede cumplir con «las capacidades» requeridas sin alcanzar el 5% comprometido por sus socios. Para el presidente, lo fundamental es «establecer mecanismos de compra común, desarrollar una industria de la defensa propia y crear de una vez por todas, el Ejército Común Europeo».
Ayer mismo, la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció que los planes se acelerarán para cumplir con los compromisos adquiridos, pero también envió un recado a aquellos países que, sospecha, han firmado el 5% sabiendo que no van a poder llegar a él: «Aquí hay dos opciones: el que por lo bajo dice: 'A mí me da igual porque yo no voy a cumplir', y el que quiere tener un respeto a sus ciudadanos. Nosotros hemos dicho, y lo vamos a seguir diciendo, que vamos a cumplir nuestro objetivo de capacidades». También ayer, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se declaró absolutamente convencido de que España llegará al 5%. «España no ha cumplido pero lo hará. Garantizado que lo hará. Era el único país que intentó evitar poner el dinero», respondió en una rueda de prensa.
¿Pero cuáles son, concretamente, los deberes que la OTAN le ha puesto a España? Las obligaciones de España, igual que las de todos los Estados concernidos, se encuentran definidas en el documento Objetivo de Capacidades que fue aprobado el 5 de junio por los ministros de Defensa y que se revisará en 2029. Este texto señala a los socios qué tareas deben proporcionar a la OTAN, pero no les dice cómo deben hacerlo. Y a esa indefinición se ha agarrado el Gobierno para justificar una inversión menor que la de los otros países.
Aunque el Objetivo de Capacidades es confidencial, fuentes de los aliados han confirmado que España tiene asignado reforzar sus capacidades militares en áreas estratégicas como la defensa antiaérea, la antimisiles, la guerra electrónica, los sistemas contra drones, los servicios satelitales y los llamados 'capacitadores' del Ejército de Tierra (unidades o personas que se encargan de generar y adiestrar a otras unidades en diferentes capacidades militares, como artillería, ingenieros, transmisiones o apoyo logístico).
En líneas generales, el Gobierno considera que las metas planteadas por la organización atlantista coinciden con el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, que el Ministerio de Defensa aprobó en abril y que establece unas cifras similares a las que esgrime Sánchez. España considera suficiente esta inversión para modernizar sus capacidades y consolidar su papel como «miembro fiable» de la Unión Europea «sin realizar grandes reformas ni comprometer su inversión en el Estado del bienestar».
Así, el plan dedicará 10.471 millones más en este 2025 para llegar ya al objetivo del 2% del PIB «adquirido ante la Unión Europea y la OTAN» desde el 1,43% de 2024, subraya el texto, y la financiación se destinará a cinco partidas: la mejora de las condiciones laborales y del equipamiento de las Fuerzas Armadas (35% del gasto); el desarrollo y la adquisición de nuevas tecnologías de telecomunicación y ciberseguridad (31%); la fabricación o compra de nuevos instrumentos de defensa y disuasión (19%); el refuerzo para la gestión de emergencias y desastres naturales (17%); la mejora de las condiciones de las 16 misiones en el exterior (3%), en las que España tiene desplegados 3.000 soldados en cuatro continentes. En el lado de la deuda, y dentro de esta inversión, Defensa también debe afrontar un 5% en devoluciones de créditos para programas Especiales de Modernización anteriores. Precisamente, Robles anunció ayer, durante su comparecencia ante la Comisión de Defensa del Senado, que este próximo martes el Consejo de Ministros dará luz verde al techo de gasto de 16 de los 31 programas de defensa incluidos en el plan.
Fragatas y aeronaves
Entre decenas de partidas, las Fuerzas Armadas modernizarán con este dinero las fragatas Álvaro de Bazán, sustituirán por obsolescencia las aeronaves CASA C-313, se harán con un avión de enseñanza en vuelo avanzado para reemplazar a los F-5 de la Base Aérea de Talavera, pondrán en marcha nuevos sistemas espaciales de observación, adquirirán radares, reemplazarán los transportes orugas acorazados e incrementarán su reserva de municiones y explosivos.
Además, Defensa destaca que el plan creará casi 96.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos, en un intento de ofrecer un argumento económico al aumento del gasto militar. Las inversiones «consolidarán el papel de España como un país clave para fomentar el crecimiento y la internacionalización del tejido industrial, pero, sobre todo, como una herramienta fundamental para la mejora de la capacitación de las Fuerzas Armadas y la generación de empleo», señaló Robles, que incidió en que el repunte presupuestario en Defensa «no va a suponer ninguna merma en las políticas sociales».
La ministra también resaltó la capacidad y la calidad de la industria de defensa española, sustentada en el capital humano y en una apuesta por el «empleo de calidad», y puso el ejemplo del nuevo programa del entrenador avanzado del Ejército del Aire y el Espacio, «un proyecto que requerirá técnicos superiores en ingeniería y mano de obra cualificada para poder dar soporte a las cadenas de producción». Para el desarrollo de la industria militar, el ministerio contará con la colaboración de centros tecnológicos y universidades de todo el país, con lo que busca, también, reducir la dependencia tecnológica del extranjero. Y en concreto, Robles dijo que España «ni compra ni vende armas a Israel desde 2023».
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