Así se recuperaron los cuerpos hallados en la nave de Librilla

La Guardia Civil realizó una complicada labor para conseguir recuperar, en 48 horas, los restos humanos hallados el viernes en un depósito de aceite usado en la nave de Librilla en la que se buscaba a Jean Mirabeau Ngoho y Siaka Coulibaly. La dificultad de los trabajos del servicio de criminalística del cuerpo queda patente en unas imágenes publicadas en redes sociales.

En las imágenes se observa, además, la tarea de algunos agentes de la unidad de subsuelo que, ayudados por una especie de grúa, accedieron al agujero para recuperar los restos, una vez extraído el aceite que en él se alojaba. El estado de los restos, que presumiblemente habría estado ocultos en ese lugar desde diciembre, complicó la labor de los investigadores.

Estos dos ciudadanos africanos llevaban desaparecidos desde el 14 de diciembre tras una reunión en esas mismas instalaciones y el cuerpo analiza ya los restos para confirmar la identidad. El hallazgo se produjo solo unas horas después de que la titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Totana acordase el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para dos de los tres detenidos por el crimen. Se trata de dos empresarios, el propietario de la nave y su sobrino, investigados por un doble homicidio y dos delitos de ocultación de cadáver. La tercera detenida, mujer del sobrino del propietario de la nave, quedó en libertad con cargos, con obligación de comparecer periódicamente en el juzgado y retirada de pasaporte, investigada por encubrimiento.

Un testigo, que aseguró no mantener relación con el principal investigado, ofreció una declaración a la Guardia Civil que refuerza las sospechas sobre el propietario de la nave. Al parecer, el empresario realizaba vigilancias nocturnas en el interior del recinto, donde incluso dormía armado, y estuvo presente los días en que fueron vistas personas «de piel negra» en esas instalaciones.

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