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El magistrado molinense Manuel Luna Carbonell asumió este jueves el timón del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región con un compromiso expreso con «la independencia, la responsabilidad y el sometimiento al imperio de la Ley». El nuevo representante de la judicatura murciana tomó posesión de su cargo en un solemne y simbólico acto en el Palacio del Almudí de Murcia, un enclave tradicionalmente vinculado al Poder Judicial regional donde ya asumieron su cargo todos sus antecesores.
Alrededor de doscientas personas se dieron cita en esta ceremonia, cargada de protocolo, que estuvo encabezada por la presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Isabel Perelló. Precisamente al pleno del Consejo, del que hasta hace unos meses Luna era secretario general, fueron dirigidas sus primeras palabras para agradecer la confianza depositada en él para asumir este nuevo cargo. Haciendo suyas las frases que Perelló utilizó en la entrega de despachos a la última promoción de jueces y juezas, el flamante presidente del TSJ de la Región, que no encontró oposición en su pretensión de colocarse al frente del organismo, subrayó «la independencia, la inamovilidad, y la responsabilidad de los jueces y magistrados integrantes del Poder Judicial, sometidos únicamente al imperio de la Ley». Esos principios, incidió, se perfilan como «la piedra angular sobre la que se sustenta el sentido de la Justicia en un estado de Derecho en el seno de la Unión Europea, en el que la separación de poderes es esencial».
El nuevo presidente del TSJ –que es titular del juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Murcia– también quiso poner en valor la labor realizada por su antecesor, Miguel Pasqual del Riquelme, del que destacó la «importante labor realizada de innovación y modernización en la gestión interna del Tribunal Superior, así como en el funcionamiento de la administración de Justicia en la Región» durante los últimos diez años.
«Esfuerzo y dedicación»
Luna aprovechó, además, su primer discurso como representante de la judicatura para poner el acento «en el esfuerzo y dedicación diarios de funcionarios y letrados de la administración de Justicia, fiscales y médicos forenses con el fin de dar un mejor servicio a la sociedad». Destacó, asimismo, la importancia de la colaboración de abogados, procuradores, graduados sociales y otros colectivos profesionales que interactúan con la administración de Justicia «para responder a los importantes retos que plantea el sistema judicial».
Luna –que desempeñó durante años su labor al frente de un juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Molina de Segura y, posteriormente, fue destinado a Elche, a la jurisdicción contencioso-administrativa– quiso hacer una especial mención a los 168 juezas y jueces de la Región que «con sujeción únicamente al imperio de la Ley y con absoluta independencia ofrecen, y no siempre en las circunstancias más apropiadas, lo mejor de sí mismos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, en garantía de los derechos y libertades de todos los murcianos». Con sus palabras se puso a disposición de todos ellos para tratar de mejorar las condiciones en que juzgados y tribunales desarrollan su actividad.
El sucesor de Pasqual del Riquelme –que durante años fue también presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) en la comunidad- puso sobre la mesa su compromiso público de trabajar para «continuar avanzando en la consecución de una justicia de calidad, más accesible y eficiente». Su programa, ahondó, parte de «una mirada de empatía hacia el ciudadano que acude a la administración de Justicia, especialmente hacia las personas vulnerables, necesitadas de especial protección; con una actitud amable y de escucha que permita comprender su situación y su experiencia, para así poder adoptar una decisión más informada, más justa y más humana».
En el reto que pretende encarar en los próximos años Luna apeló a la ayuda de todos para contribuir a la mejora del sistema judicial regional «fortaleciendo de ese modo la confianza de los ciudadanos en el Poder Judicial, como garante de la convivencia en libertad y la protección de los derechos». El nuevo presidente del TSJ también deslizó en su discurso unas emotivas palabras dirigidas a su esposa y a sus tres hijos – «mi inspiración y motivación»- a los que agradeció un «sacrificio durante los últimos años» sin el que, reconoció, no podría haber visto cumplido el sueño de colocarse al frente de la máxima institución judicial de su comunidad natal.
El magistrado Manuel Luna, nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región, eligió como padrino para su acto de toma de posesión a uno de sus antecesores en el cargo, el expresidente del mismo organismo Juan Martínez Moya. En su discurso agradeció «su sincera e inmensa gratitud» a Martínez Moya, quien también fue vocal durante casi una década en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Remarcó que «su compromiso y dedicación a la carrera judicial fueron mi fuente de inspiración».
Como madrina Luna eligió a la magistrada Roser Bach, del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, a la que agradeció su apoyo y confianza durante los años en que trabajaron mano a mano y de la que destacó su «gran calidad humana».
La toma de posesión de Luna congregó, en el Palacio del Almudí, al presidente regional, Fernando López Miras; al alcalde de Murcia, José Ballesta; y a la presidenta de la Asamblea regional, Visitación Martínez, junto a numerosos representantes de instituciones y organismos de la Comunidad. No faltaron vocales del CGPJ, magistrados del Tribunal Supremo, del Constitucional y de distintos tribunales superiores de justicia.
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