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Y Zelenski acudió con traje a la cena de gala de la cumbre de la OTAN
Los reyes de Países Bajos compartieron mesa con los jefes de Estado y de Gobierno que acudieron a la primera cumbre de la Alianza en La Haya
A. Etxebarria
Martes, 24 de junio 2025
Antes de despegar con rumbo a La Haya, Donald Trump ya sabía que sería bien recibido en la primera cumbre de la OTAN que organiza ... Países Bajos. «En el peor de los escenarios, va a ser mucho más tranquila que lo que he pasado con Israel e Irán», publicó en su red social, Truth. «Tengo ganas de ver a mis buenos amigos europeos», añadió.
El rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima Zorreguieta presidieron la cena de gala en el lujoso palacio Huis ten Bosch, en el que estuvo el presidente ucraniano. Volodímir Zelenski, que acostumbra a vestir ropa militar, acudió en esta ocasión con un sobrio traje oscuro. El presidente de EE UU le afeó esa costumbre durante la visita a la Casa Blanca que acabó a gritos. La consigna parecía clara anoche: no airar a Trump. Como sentenció la BBC, «habrá muchos líderes, pero solo importa un hombre».
A partir de las siete de la tarde, los jefes de Estado y de Ggobierno desfilaron durante casi dos horas sobre la alfombra roja del palacio, frente a una guardia ataviada con coloridos uniformes. El primero en llegar fue el propio Rutte, que se limitó a sonreír a los periodistas y subió de dos en dos los peldaños de la escalinata.
A bordo siempre de automóviles alemanes de alta gama, algunos en pareja y otros solos -como Pedro Sánchez- y sin más anécdotas reseñables que el desconcierto del presidente surcoreano, Lee Jae-myung, al que le tuvieron que señalar el camino, el resto de políticos saludó a los reyes neerlandeses y se sentó a una mesa en la que, como era de esperar, Trump fue el último en llegar. Lo hizo marcando la diferencia: a bordo de su Cadillac 'La Bestia', con su propio equipo de seguridad y solo después de que hubiesen revisado que debajo de la alfombra que habían pisado el resto de presidentes y primeros ministros no se escondía ninguna amenaza.
La reunión de trabajo de este viernes será especialmente breve para que el presidente «no se aburra»
A diferencia de la cumbre de Madrid, donde Pedro Sánchez se colocó hábilmente al lado de Joe Biden para caminar unos breves pasos juntos, en esta ocasión el presidente español y el estadounidense fueron colocados a distancia. En la fotografía oficial, Trump posó junto a la pareja real neerlandesa, con el francés Emmanuel Macron al otro lado. Sánchez fue ubicado tres filas por detrás. También en la cena permanecieron sentados a distancia.
El presidente de EE UU pudo dormir luego como un rey. Literalmente, porque la Casa Real puso a su disposición una suite en el mismo palacio que sirvió de escenario para la cena. Y este miércoles tampoco tendrá que esforzarse mucho, porque solo debe acudir a una reunión de trabajo de dos horas y media. Según Jamie Shea, un exfuncionario de la OTAN, el objetivo es asegurarse de «que Trump no se aburra con largas reuniones en las que tiene que quedarse durante horas, después de haber dado su discurso».
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