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la verdad
Murcia
Jueves, 10 de marzo 2022, 14:36
Los niños se marean en el coche más que los adultos. Es un hecho. ¿Por qué? Tiene que ver con el control del equilibrio, que está en una fase de desarrollo en el cerebro inmaduro de los niños de 12 años. Suelen ser especialmente comunes en los viajes en transportes como el autobús, coche, tren, avión y, por supuesto, barco, donde el movimiento es más acusado. La frecuencia es alta en niños entre los 2 y los 12 años y después suelen desaparecer, aunque muchas personas pueden seguir sufriéndolos en edad adulta.
La explicación es la diferencia sensorial que se produce entre lo que llega al cerebro por el oído y lo que ven los ojos. Si se pierde la referencia visual o se diluye, se acentúa la sensación de inestabilidad. El cerebro humana se adapta y aprende, pero las experiencias nuevas pueden generar situaciones indeseadas: lo mismo le puede suceder a un adulto si monta en una atracción que gira a mucha velocidad. El mareo puede ir gestándose poco a poco o aparecer repentinamente, mostrando síntomas como vértigo, sudores fríos, náuseas o incluso vómitos.
Lo primero a tener en cuenta para evitar o disminuir los mareos de los niños en el coche es el lugar en el que se coloquen. Después del asiento del conductor, el del copiloto es el mejor para evitar mareos porque se observa el movimiento del vehículo. Sin embargo, los niños no pueden viajar en la parte delantera, por lo que el ideal para ellos es el asiento central trasero. Esto se debe a que es recomendable mirar hacia adelante en el sentido de la marcha y evitar mirar hacia los lados para observar el paisaje, para no perder el control del movimiento.
En este sentido, también se aconseja evitar fijar la vista en actividades como mirar pantallas, leer o dibujar. Se debe a que, mientras el libro permanece fijo sin moverse, el exterior sí está en movimiento. En lugar de eso, se recomienda cerrar los ojos y relajarse para alejar la sensación de inestabilidad. Hablar con los otros viajeros también disminuye el mareo, porque de esta manera centras tu atención en la conversación y no en el movimiento. Además si el viaje coincide con el momento de sueño del niño y permanece dormido durante el trayecto, disminuirá la posibilidad de mareo al percibir menos movimiento.
Muchas veces el mareo puede conllevar náuseas y vómitos, por lo que es preferible que los niños no viajen con el estómago lleno, sino que realicen comidas pequeñas y sólidas. También puede ayudar a disminuir los síntomas que el coche esté ventilado y con una temperatura agradable; la conducción debe ser suave, evitando cambios bruscos y hacer una parada cada dos o tres horas es clave para tomar el aire y poner los pies en firme. Cuando aparecen los primeros síntomas, para aliviarlos se aconseja tomar algo frío como un helado para disminuir las náuseas.
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