El abogado del novio de Ayuso dice que el mail inculpatorio lo redactó sin el conocimiento de su cliente

Eso sí, el letrado dejó claro que tenía autorización expresa de González Amador sin ningún tipo de líneas rojas para llegar a un pacto con el fiscal, con tal de que éste fuera rápido y no provocara mucho ruido. Esta versión choca con la de la pareja de la presidenta, que el viernes sostuvo, también ante el juez del Supremo, que nunca supo que su representante estuviera buscando un acuerdo de conformidad con la acusación pública que implicara admitir los delitos y pagar una multa a cambio de que no se pidieran penas de cárcel.

Neira declaró este martes como testigo, a petición de la abogacía del Estado, ante el juez Ángel Hurtado, el instructor en el alto tribunal de la causa que se sigue contra el fiscal del Estado, Álvaro García Ortiz, por su supuesta implicación en la filtración de ese famoso mail que ahora el abogado de la pareja de la presidenta afirma que redactó 'motu proprio'.

El letrado explicó que antes de escribir el controvertido mail tuvo el «mandato» de su cliente para «negociar» con el fiscal del caso, Julián Salto. Y que el novio de Ayuso «dejó en su manos el cómo y cuándo» gestionar esos contactos con el Ministerio Público para tratar de llegar un acuerdo.

En esa línea, Carlos Neira alegó que él redactó el mail inculpatorio para su cliente con el «contenido que consideró más efectivo para que todo fuera lo más rápido posible», según explicaron fuentes presentes en la vista. Y apuntó que la expresión «de común acuerdo» que usó en sus comunicaciones con la Fiscalía era porque entendía que tenía autorización total de su cliente para negociar.

Ya en lo referido al caso en sí en el que están imputados por revelación de secretos Álvaro García Ortiz y la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, por supuestamente haber participado en las maniobras para filtrar a la prensa ese mail del 2 de febrero del pasado año, Neira aseguró tajante que «no compartió con nadie» ese correo que envió a Salto, ni siquiera con su cliente.

Con González Amador, según declaró el testigo este martes en sede judicial, solo habló con él sobre el mail el 11 de marzo cuando su cliente le llamó porque un periodista le había telefoneado para preguntar sobre la causa.