
Secciones
Servicios
Destacamos
El Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia investiga una presunta agresión sexual con sumisión química a un hombre de 47 años, de nacionalidad española y origen centroamericano, en un piso del barrio del Infante. Los dos acusados se encuentran en libertad provisional desde el pasado mes de noviembre. Tras sus detenciones por la Policía Nacional y pasar a disposición judicial, el titular del juzgado en funciones de guardia decretó para ambos la prohibición de salida del país, la retirada del pasaporte, y una orden de alejamiento respecto de la víctima.
La agresión sexual que está bajo investigación se produjo en octubre del año pasado, cuando la víctima contactó por una aplicación de citas gais —Grindr— con un desconocido que se hacía llamar 'Carlos' (identificado posteriormente como J. E. V.). Se citaron a las diez de la mañana del día 16 de ese mes en el domicilio del denunciante, pero cambiaron de ubicación.
«El piso era compartido con una amiga y estaba un poco nervioso por si ella llegaba. Él me propuso ir a otro lugar y acepté», explica ahora el afectado a LA VERDAD. Pasaron por un estudio, pero cambiaron de sitio y caminaron hasta otro piso en el barrio del Infante Juan Manuel, propiedad de uno de los investigados, A. M. M., médico de profesión. «Cuando llegamos, el tal Carlos me ofreció un zumo. Yo me lo tomé. Me quedé como dopado. Después me inyectó algo en los dos brazos y ya no recuerdo nada».
Según el atestado de la Policía Nacional, al que LA VERDAD ha tenido acceso, el hombre declaró que, «ya dentro del piso, comenzó a sentirse mareado. Me pidió el teléfono móvil y la clave para poder acceder, y él, sabiendo que no era algo que estaba bien, accede a dárselo sin saber por qué».
Horas más tarde, al recobrar algo de consciencia, se encontró tirado sobre una alfombra con cojines del salón. «Recuerdo una voz que me dice: 'Vamos a ducharte'. Estaba sangrando mucho por el ano». Se incorporó y lo llevaron dos hombres que iban desnudos al baño.
«Estoy sangrando, me duchan y los dos se están riendo. Uno de ellos era Carlos pero el otro no puedo recordar su cara debido al mareo. Era mayor, de unos 55 o 60 años canoso, tenía barriga, no era atlético». Cuando lo llevaron de nuevo al salón, se sentó en un mueble y vio que en la pantalla de una televisión muy grande había una webcam enfocando hacia el sitio donde se había despertado. «En la pantalla aparecían unas treinta personas, como si se estuviera retransmitiendo en vivo y unos se tocaban y otros se masturbaban mientras veían lo que sucedía». Allí cree que ocurrió la agresión sexual y que esas personas lo vieron todo.
Se fue del piso sin saber cómo, continuaba muy mareado. Pero poco después recibió una llamada a través de WhatsApp. 'Carlos' le pedía que volviera. «Volví, y aún no sé por qué». Le preguntó si estaba bien y le dijo que no. «Me ofreció un Aquarius. Yo le pegué un trago y otra vez me quedé como dopado. Me pidió que me quitara la ropa y obedecí sin saber por qué. Mientras me desnudaba, recibió una llamada y me dijo que me tenía que ir».
A las dos de la madrugada, se despertó con un dolor abdominal insoportable. A las 9 de la mañana fue al hospital Morales Meseguer. Fue ingresado de urgencia, intervenido quirúrgicamente por una perforación rectal y permaneció tres días en la UCI. «El cirujano me dijo: '¿Has tenido relaciones sexuales?'. Le respondí: 'He estado con una persona, pero no me acuerdo de nada'. Y me dijo: 'Pues te han desgarrado todo por dentro. Tenemos que operar de urgencia'», relató el denunciante.
Durante el ingreso, una médico forense confirmó hematomas en la cara y en las rodillas. Los análisis del Instituto Nacional de Toxicología detectaron un coctel de fármacos y drogas como cocaína, fentanilo, bupivacaína, lormetazepam, efedrina, lidocaína, petidina, morfina y 3-clorometcatinona, entre otras.
Algunas de ellas, según los peritos, son utilizadas en encuentros sexuales para provocar desinhibición; otras son exclusivamente de uso hospitalario. La investigación la asumió la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (Ufam) de la Policía Nacional, especializada en la prevención y lucha contra la violencia de género, doméstica y sexual. Tras identificar el domicilio donde ocurrieron los hechos, los agentes practicaron un registro.
Según fuentes cercanas a la investigación, allí encontraron juguetes sexuales, consoladores y 'dildos' «enormes», lubricantes, dilatadores, un bozal de perro. También había medicamentos de uso hospitalario, como fentanilo (un potente opiáceo); lidocaína (anestésico), petidina (narcótico analgésico), lormetazepam (hipnótico); 3-Clorometcatinona (un psicoestimulante); cocaína, y morfina, entre otros. Y una televisión conectada a una webcam frente a una alfombra con cojines.
J. E. V. (alias 'Carlos'), de unos 49 años, fue detenido. Declaró ante la juez que se trató de un encuentro consentido, con «tocamientos y una felación», y que ambos consumieron sustancias «de mutuo acuerdo». Negó haber mantenido relaciones sexuales completas con penetración.
A. M. M., médico y propietario del piso, sostuvo que el día de los hechos estaba en Madrid con su pareja. La localización de su teléfono móvil así lo confirma, aunque la Policía señala que hubo comunicaciones frecuentes entre ambos investigados. Jorge Novella, el abogado que asume su defensa, señala que ha solicitado el archivo de la causa respecto a su cliente. «Demostramos que él no participó, que estaba en Madrid ese día. Tenía sus llaves porque se las dio para que le limpiara el piso». El Juzgado de Instrucción número 9 en funciones de guardia dictó libertad provisional para ambos con medidas cautelares.
El informe forense confirma que la víctima «presentaba signos de agresión sexual, perforación de recto, prostatitis y peritonitis». Fue sometido a una colectomía sigmoidea (extirpación de parte del colon) con colostomía (abertura en el abdomen para expulsan las heces). En abril fue intervenido nuevamente para cerrar la derivación intestinal. «Me abrieron todo el estómago y me tuvieron que reconstruir el ano», explica la víctima.
A día de hoy, sigue en tratamiento psicológico por trastorno de estrés postraumático y depresión. «Yo pensaba que era un dolor abdominal... nunca imaginé que me habían desgarrado por dentro», dijo. La investigación continúa abierta para determinar quién era la otra persona que se encontraba en el piso y confirmar si los hechos fueron retransmitidos en directo a terceros.
La víctima de la presunta violación con sumisión química en un piso del barrio murciano del Infante sospecha que su caso puede formar parte de una red que se dedica a drogar y retransmitir o grabar las agresiones sexuales para otras personas. «Yo no soy el único. Parece que hay grupos que hacen esto, que lo graban o lo enseñan en directo».
Su sospecha la sustenta en dos casos similares recientes. Uno ocurrió en Valencia, el pasado mes de marzo, cuando un hombre de 34 años denunció haber sido drogado tras beber un vaso de agua durante una cita concertada 'online'. Lo siguiente que recuerda fue perder la consciencia mientras entraban otros dos hombres a la estancia. Despertó en la calle y acudió a un hospital para someterse a pruebas médicas. Allí activaron el protocolo contra agresiones sexuales ante las señales de violación.
El otro se produjo en Cartagena , en mayo. Un anestesista del hospital Santa Lucía fue detenido tras la denuncia de un hombre que relató haber sido drogado y agredido con violencia. No pudo afirmar que fuera grabado, pero tampoco lo descarta: «Le introdujo la mano por el ano y no se la sacó durante varios minutos», según el atestado. La víctima fue operada de urgencia. «En mi caso había una webcam y gente viéndolo. En Cartagena y Valencia fueron citas a través de la misma aplicación móvil y en las dos también fueron drogados. El patrón se repite», sostiene la víctima de Murcia.
«Esto no son citas que salen mal», insiste. «He querido hacerlo público porque estoy convencido de que hay más víctimas que no han hablado por miedo y por vergüenza».
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.