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Un mar de almendros en flor y, al fondo, el caserío abandonado de los Baños de Gilico, en la orilla de la carretera Mula-Calasparra, en el Campo de Cagitán.
La ruta de los almendros en flor

La ruta de los almendros en flor

Noroeste y Río Mula ·

Paseo en coche por la carretera del Cagitán para disfrutar de un espectáculo natural de vida efímera

Viernes, 27 de febrero 2009, 14:38

Lo dijo el otro día en la radio el alcalde de Calasparra, Jesús Navarro, y yo tuve la suerte de coger la recomendación al vuelo: «Tenemos en la Región de Murcia un lugar que no tiene nada que envidiarle al Valle del Jerte, que no todo el mundo conoce y que ahora mismo está en su momento álgido».

Y habló largo y tendido del Campo de Cagitán (también hay quien lo escribe con j), una extensa mancha de terreno que comparten los municipios de Calasparra, Cehegín, Cieza, Mula y Bullas, y que ahora mismo es un espectáculo gracias a la floración de los almendros.

Un árbol de dos caras, el almendro: once meses al año es un patito feo que en febrero se convierte en el cisne de los campos.

La imagen es un poco cursi, pero sirve para definir la extraordinaria transformación de los secanos murcianos en el segundo mes del año, cuando la tibieza del aire comienza a traernos noticias de la primavera.

Un sembrado de almendros en flor es quizá una de las estampas rurales más bonitas que podemos echarnos a la cara, y sólo tenemos un mes para disfrutar de ella.

La propuesta del alcalde de Calasparra, que barre para casa, es más sencilla que ganarle al Real Madrid en Champions League: consiste en irnos en coche hasta Calasparra por la Venta del Olivo (autovía de Albacete, para entendernos) y enfilar después la carretera de Mula, que atraviesa el soberbio Campo de Cagitán.

La carretera, de un solo carril en cada dirección pero en estupendo estado, nos lleva suavemente entre lomas cubiertas por almendros floridos a derecha e izquierda. Inevitable preguntarse cómo sería la vida en estos campos hace cien o doscientos años, tan retirados entonces de todas partes. Apenas ha cambiado el paisaje, salvo por la mecanización de las tareas agrícolas.

Un rebaño de ovejas atraviesa una parcela en barbecho del Campo de Cagitán.

De repente, un rebaño de ovejas pastoreado pacientemente hacia su redil hace que se pare el reloj y nos quedados ensimismados contemplando cómo un perro diminuto se basta para enfilar el ganado.

¿Hasta cuándo podremos seguir disfrutando con estas escenas rurales?

Si miramos hacia la izquierda por la ventanilla del coche distinguiremos el Almorchón, que nos parecerá una pirámide en el horizonte porque desde esta perspectiva nos muestra su perfil. También a la izquierda se nos ofrecerá la carretera del pantano de Alfonso XIII, muy cerca de los Baños de Gilico, donde se embalsa el río Quípar.

Vale la pena una visita al embalse, sobre todo al atardecer, para ser testigos del regreso a sus dormideros de cientos de cormoranes después de una agotadora jornada de pesca en los ríos Segura, Argos y Quípar.

La excursión

  • Dónde: Carretera del Cagitán.

  • Dificultad: Baja.

  • Cómo llegar: Hay varias carreteras de acceso al Campo de Cagitán. La mejor es la que va desde la autovía del Noroeste hacia Calasparra (salida Cieza-Calasparra, una vez pasado Mula). Un recorrido circular recomendado es llegar hasta Calasparra por la Venta del Olivo y regresar a Murcia por la carretera de Mula.

  • Cartografía: Calasparra (890) del Instituto Geográfico Nacional.

  • Cobertura de móvil: Buena.

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