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Gonzalo Cruzado, Francisco Mercader y Miguel Martínez, con las certificaciones ISO de calidad y medio ambiente. Crusol
Gonzalo Cruzado Mercader: «Este apagón ha demostrado que la autonomía energética ya no es una opción, sino una necesidad»
Gerente de Crusol Proyectos e Instalaciones

Gonzalo Cruzado Mercader: «Este apagón ha demostrado que la autonomía energética ya no es una opción, sino una necesidad»

El ingeniero especialista en energía solar asegura que «este gran apagón ha encendido el debate sobre la autonomía energética»

E. C.

Cartagena

Jueves, 1 de mayo 2025, 00:18

A las 12.33 del pasado lunes, 28 de abril, España entera se sumió en una oscuridad repentina. En cuestión de segundos, el sistema eléctrico nacional colapsó por completo. Las luces se apagaron en los colegios, los semáforos quedaron inoperativos en ciudades como Madrid, Barcelona, Murcia y Sevilla, y millones de hogares perdieron electricidad, conexión a internet y refrigeración. El mayor apagón de la historia reciente del país se prolongó durante más de diez horas, afectando a más de 40 millones de personas.

Mientras los equipos técnicos siguen investigando las causas del colapso -que aún no han sido oficialmente determinadas-, crece el debate social sobre la fragilidad del sistema energético centralizado y la urgencia de avanzar hacia modelos que ofrezcan mayor autonomía y resiliencia ciudadana ante este tipo de emergencias.

La magnitud del suceso fue inédita. Red Eléctrica de España (REE), en una comparecencia de urgencia la noche del lunes, calificó el incidente como un «evento sin precedentes» y confirmó que el corte fue total: «Todas las líneas de alta tensión perdieron sincronización en cuestión de segundos». No se trató de una sobrecarga ni de un pico de demanda. Todo apunta a una disrupción súbita en el sistema de control central. No se descartan hipótesis como un fallo de software crítico o incluso un ciberataque.

«Fue como si el mundo se detuviera»

Las consecuencias fueron inmediatas y generalizadas: más de 300 vuelos cancelados, parálisis total de los trenes de alta velocidad, interrupciones en la telefonía móvil y hospitales funcionando exclusivamente con generadores diésel de emergencia. Según datos de la Delegación del Gobierno en Murcia, se registraron más de 1.200 incidencias solo en las tres primeras horas, principalmente relacionadas con ascensores detenidos, sistemas de seguridad colapsados y saturación de las líneas de emergencia.

Sistema Huawei con almacenamiento y 'back-up' conectado a red en el municipio de Alguazas. Sistema Victron en instalación aislada en Cartagena.

Eva Martínez, vecina de Molina de Segura, recuerda el momento con desconcierto: «Estaba en el supermercado cuando de repente se apagaron las luces, los refrigeradores y hasta las cajas. Pensé que era algo local, pero luego vi en el móvil -que aún tenía batería- que toda España estaba igual».

Antonio Gómez, empresario en Alcantarilla, también sufrió el corte: «Tenemos una empresa de impresión digital. Todo se detuvo. Perdimos trabajos y una jornada entera. Por suerte, en casa tengo placas solares con baterías y al menos pudimos cargar móviles y conservar alimentos».

Testimonios como estos se han multiplicado en redes sociales y medios con un patrón claro: quienes contaban con sistemas autónomos de energía afrontaron la emergencia con mayor normalidad.

Almacén con paneles solares en la sede de Crusol, en el polígono de Los Camachos (Cartagena).

Gonzalo Cruzado Mercader es ingeniero especialista en energía solar y gerente de Crusol Proyectos e Instalaciones SL, con sede en Cartagena. Desde antes de la pandemia, instalan sistemas de autoconsumo con o sin almacenamiento para hogares y pymes en la Región de Murcia. Hablamos con él tras el apagón.

-¿Dónde se encontraba cuando se produjo el apagón?

-En una instalación en el barrio de Los Dolores. Fue increíble: en cuestión de segundos, todo se apagó… menos la casa que acabamos de conectar. Era una vivienda con autoconsumo solar y una pequeña incorporación de almacenamiento. No notaron absolutamente nada.

-¿Cómo respondieron los sistemas autónomos durante la crisis?

-De forma excelente. Las viviendas equipadas con baterías e inversores híbridos con 'back-up' pasaron al modo isla automáticamente. Continuaron utilizando electrodomésticos, cargando móviles, manteniendo las neveras. Incluso algunas empresas con respaldo trifásico pudieron seguir produciendo sin interrupción.

-¿Todas las instalaciones solares funcionaron igual de bien?

-No, y eso ha generado cierta confusión. Hay que entender que no todas las instalaciones fotovoltaicas están preparadas para funcionar en modo isla. La mayoría de los sistemas instalados en los últimos años son de autoconsumo sin almacenamiento ni back -up y dependen de la red para operar. En el momento en que la red cae, esos sistemas también dejan de producir, por seguridad. Solo las instalaciones con inversores híbridos preparados para back-up pueden desconectarse de la red y seguir suministrando energía a la vivienda.

Por eso es fundamental, y lo hemos visto con este apagón, que quienes opten por el autoconsumo piensen en un diseño bien dimensionado.

Por suerte, la mayoría de los sistemas instalados se le puede incluir el back-up sin problema que además no tiene un importe económico importante. Con este sistema es sencillo: mientras haya luz tienes electricidad

-¿Qué ventajas ofrece el autoconsumo con 'back-up' y almacenamiento frente a emergencias como esta?

-La principal es la independencia: cuando la red falla, tú sigues funcionando. Pero también está el ahorro económico: se reduce notablemente la factura eléctrica. Y, por supuesto, el impacto ecológico. Hoy, con baterías de litio de última generación y garantías de hasta 15 años, es perfectamente viable cubrir el consumo habitual y estar preparados para situaciones de emergencia.

-¿Y qué obstáculos siguen existiendo?

-Más que obstáculos, hay desinformación. Muchos piensan que es caro, pero con las ayudas actuales y las bonificaciones fiscales, el coste real es mucho menor de lo que la gente imagina. En la Región de Murcia, por ejemplo, las subvenciones pueden cubrir hasta el 40% del coste, y se suman deducciones en el IRPF que pueden superar el 60%. El verdadero reto está en la comunicación de estas ventajas y en simplificar los trámites administrativos.

  1. Un sistema eléctrico vulnerable

El apagón del 28 de abril ha puesto en evidencia lo que muchos expertos llevan años advirtiendo: el modelo eléctrico español es excesivamente centralizado y vulnerable. A diferencia de países como Alemania o Dinamarca, donde la generación distribuida ha reducido la dependencia de grandes operadores, en España aún se concentra la producción y distribución en pocos nodos estratégicos.

Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en 2024 apenas el 5% de los hogares contaban con instalaciones de autoconsumo, y menos del 1% con sistemas de almacenamiento.

  1. Una oportunidad clara para avanzar hacia un modelo distribuido, resiliente y participativo

El apagón del pasado 28 de abril no ha sido solo un fallo técnico. Ha sido un aviso. Una señal clara de que no podemos seguir dependiendo de un modelo energético basado en pocos nodos de control. Es el momento de democratizar la energía.

«Tenemos que avanzar hacia un modelo distribuido, resiliente y participativo», insiste Cruzado. «Cada tejado debería ser una fuente de energía. Las comunidades deberían poder compartir excedentes. Las baterías y sistemas de respaldo no son un lujo: son una herramienta básica». Con la lección del apagón todavía fresca, el debate sobre el futuro energético del país ya no puede postergarse. Las soluciones existen. Son eficaces, viables y, hoy por hoy, más accesibles que nunca. «Esta vez, la oscuridad nos ha permitido ver con más claridad», resume.

  1. La Región de Murcia, líder potencial en energía solar

Instalación de paneles solares en el techo de un edificio por parte de Crusol.

En la Región de Murcia, con más de 300 días de sol al año, el potencial para el autoconsumo es enorme. Además, las condiciones actuales son más que favorables. Existen líneas de ayuda estatal y autonómica que pueden cubrir hasta el 70% del coste total de una instalación fotovoltaica con baterías.

Por ejemplo, la deducción estatal por obras de mejora energética permite desgravar hasta el 60% del coste en el IRPF. A ello se suma la ayuda regional, que cubre hasta el 40% del coste, dependiendo del nivel de renta. Y muchos ayuntamientos -Cartagena, San Javier, Alcantarilla, Jumilla- ofrecen bonificaciones de hasta el 50% en el IBI durante los tres años posteriores a la instalación.

«Muchas familias amortizan la instalación en menos de dos años. Gracias a la compensación de excedentes y las baterías, pueden cubrir el 100% de su consumo eléctrico»

El gerente de Crusol, Gonzalo Cruzado, lo resume así: «Muchas familias amortizan la instalación en menos de dos años. Gracias a la compensación de excedentes y las baterías, pueden cubrir el cien por cien de su consumo eléctrico. En un contexto como el actual, eso tiene un valor incalculable».

Un caso concreto: una vivienda de 120 metros cuadrados en Alhama de Murcia puede instalar diez paneles solares y una batería por unos 2.000 euros netos tras aplicar subvenciones. Esa familia dejará de pagar recibos mensuales y ganará independencia energética.

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