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Varias sombras fantasmagóricas negras con impactantes ojos verdes han aparecido estos días en diferentes puntos de Murcia. La intervención más llamativa se encuentra entre las paredes del Museo de Bellas Artes de Murcia (MUBAM) y, como las pinturas callejeras, es obra de La Sombra, un ente anónimo que ha dejado su huella, con más de 1.500 sombras en diferentes ciudades de España y otros tres países, generando especial inquietud en Valencia, donde la ciudad se ha llenado de estos símbolos con autoría oculta. La obra que se puede ver en el MUBAM, de gran formato e intensa carga simbólica, lleva por título el mensaje 'Habemus Sombra'. En la imagen se pueden ver cinco sombras. Cuatro de ellas con sus característicos ojos verdes –dos de estas vestidas como cardenales– y solo una, en el centro y con el atuendo del Papa, con brillantes ojos blancos. Más allá del valor artístico, La Sombra tiene un objetivo social, ya que trata de visibilizar la salud mental. Aunque continúa ocultando su identidad, La Sombra habla con LA VERDAD.
«La Sombra empezó tras una crisis artística existencial, al preguntarme 'y todo esto, ¿por qué lo estoy haciendo?' Yo hacía Wild Style, un tipo de letras [grafiti] muy enrevesado. Todo esto me aburrió», explica este ente que paralelamente continúa con su expresión artística habitual.
«Estuve un tiempo viajando por Europa, cogiendo inspiración, y en Inglaterra, en Bristol, se me ocurrió hacer La Sombra. En primer lugar porque es algo muy rápido para realizar en la ciudad y también porque lo puedes encajar en cualquier sitio sin molestar a nadie», dice.
«La Sombra se diseña con un mensaje de concienciación sobre la salud mental. El negro simboliza la oscuridad que todos tenemos en nuestro interior y el verde, aparte de ser el color de la salud mental, es el color del veneno. Nos encontramos con unos ojos intoxicados a base de ver muchas cosas y normalizar lo que no se debería de normalizar. La Sombra no tiene ni boca para hablar, ni brazos para tomar acción. Es una crítica social, porque vemos injusticias, vemos cosas que están mal y estamos cruzados de brazos, simplemente observando, haciendo 'scroll'. Todo esto reducido a un icono totalmente minimalista de dos colores», indica quien está detrás del espray, que ha visto evolucionar el proyecto. «En un principio no había idea de recaudación, solo de crear un movimiento social. Empezaron a contactar conmigo coleccionistas para comprarme obras y, como yo nunca había hecho esto por ganar dinero, quise seguir con el propósito inicial. Todo lo recaudado lo destino a distintos recursos relacionados con la salud mental. Nunca hago donaciones económicas directas, sino que invierto el dinero en material. Busco una necesidad concreta y compro lo necesario. Esas donaciones de material son una llamada de atención a las instituciones», cuenta La Sombra que, entre otras acciones, ha comprado nuevos balones a un equipo de baloncesto de Valencia formado por personas con discapacidad. Por otra parte, a los internos en los hospitales de de salud mental les ha entregado material artístico: «Sí tienen libros, pero no tienen televisión. Y el arte es algo fundamental, es muy terapéutico. Es una distracción y una motivación».
La nueva obra de La Sombra, en la que la figura blanca del Papa no representa autoridad religiosa, sino un símbolo de los que toman acción y luchan por el bien común, se suma así a la exposición 'De vándalos a leyendas. Arte urbano', formada por un centenar de obras ubicadas en el MUBAM y en la desacralizada iglesia de San Esteban y comisariada por Darío Vigueras, gestor cultural de la plataforma Murcia Street Art Project. La exposición se puede visitar hasta el 27 de julio.
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Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
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